Ante esta situación, no es sorprendente que las orientaciones de valor provenientes del pasado se nos aparezcan en un estado de desintegración o colapso. Los hombres cuestionan la existencia real o posible de cualquier valor universal y a menudo percibimos que en nuestro mundo moderno hemos perdido quizá toda posibilidad de tener una base general o intercultural para los valores. Un resultado natural de esta incertidumbre y confusión es la creciente preocupación e interés por buscar un enfoque de los valores sano, seguro y pleno de significado, capaz de persistir en el mundo actual. Yo comparto esta preocupación general y también he experimentado los problemas más específicos al respecto que surgen en mi propio campo de actividad, la psicoterapia. Los sentimientos y convicciones del cliente con relación a los valores suelen cambiar en el curso de la terapia.
Algunas pautas introyectadas
Creo que la mayoría de nosotros acumulamos de este modo las pautas de valor introyectadas que guían nuestra vida. En la cultura actual, fantásticamente compleja, las pautas que introyectamos como deseables o indeseables provienen de diversas fuentes, siendo a menudo muy contradictorias en sus significados. Veamos algunas de las introyecciones comúnmente aceptadas:
Creo que la mayoría de nosotros acumulamos de este modo las pautas de valor introyectadas que guían nuestra vida. En la cultura actual, fantásticamente compleja, las pautas que introyectamos como deseables o indeseables provienen de diversas fuentes, siendo a menudo muy contradictorias en sus significados. Veamos algunas de las introyecciones comúnmente aceptadas:
Este es un ejemplo reducido y diversificado de las miríadas de valores concebidos que las personas suelen introyectar y mantener como propios, sin haberse puesto a considerar jamás sus reacciones organísmicas internas ante esas pautas y objetos.
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